Una carta escrita en 1945 fue descubierta recientemente dentro de una botella en los Estados Unidos, tras ser arrastrada a la orilla por el huracán Debby en Safety Harbor, Florida. El hallazgo fue realizado por Suzanne Flament Smith mientras recogía escombros dejados por la tormenta. La carta, escrita durante la Segunda Guerra Mundial, estaba dirigida a una persona llamada «Lee» y fue enviada desde la Base de Entrenamiento Anfibio de la Marina en Little Creek, Virginia.
Este tipo de descubrimientos no es del todo infrecuente y siempre suscita un gran interés, ya que ofrece una ventana al pasado y una conexión tangible con eventos históricos. En este caso, la carta estaba en un estado de conservación notable considerando su antigüedad, aunque algunas partes del texto eran difíciles de leer debido al desgaste.
La carta contenía detalles cotidianos del remitente, posiblemente un marino, quien mencionaba su participación en una escuela de radio y su próxima mudanza a Norfolk, Virginia. Estos pequeños fragmentos de la vida de una persona durante un período tan turbulento como la Segunda Guerra Mundial han despertado la curiosidad de quienes han tenido acceso a la historia.
El hallazgo de esta carta en específico ha capturado la imaginación de muchos, y Flament Smith ha compartido su descubrimiento en redes sociales con la esperanza de encontrar a algún descendiente del remitente o destinatario.
Mientras tanto, el misterio sobre cómo esta botella logró mantenerse intacta y viajar desde Virginia hasta Florida después de tantos años sigue sin resolverse.
Historias similares han ocurrido en el pasado. Por ejemplo, en 1945, Frank Hayostek lanzó una botella al mar con un mensaje desde un barco militar. Ocho meses después, fue encontrado en la costa de Irlanda por una joven, lo que llevó a una correspondencia y eventual reunión entre ambos. En otro caso, en 2012, una carta en una botella lanzada en 1914 fue encontrada por un pescador en Escocia, casi un siglo después.
Sin embargo, en un caso que aún está pendiente a ser «estudiado», una botella que fue arrojada al mar, en la costa cercana a la famosa «esquina» de 3ra y 70, en Miramar, Playa, fue encontrada apenas unos meses después en España.
¿Cómo las corrientes marinas pudieron hacer llegar la botella, lanzada al mar en ofrenda a Yemayá, tan pronto? Eso es algo que no se sabe, pero que sirvió para conectar con la historia de una familia que se marchó de Cuba, y que afortunadamente llegó a buen resguardo a los EE.UU. después de una travesía que incluyó montañas, ríos crecidos y guardias hostiles en la frontera.
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