La historia de José Luis Fernández Torres, un cubano de 60 años detenido a finales de agosto en Santiago de Cuba por el asesinato de Ángel Luis Mercantety Quiñones, un jubilado de 74 años cuyo cuerpo fue hallado desmembrado en el reparto Abel Santamaría (El Salao) y que podría haber consumido restos de la víctima, sigue generando detalles cada vez más aterradores.
Aunque se trata de información extraoficial y no confirmada, una fuente anónima aseguró al reportero santiaguero Yosmany Mayeta que el detenido “confesó que se ha comido a 18 personas desde Holguín hasta acá (Santiago de Cuba).
La misma fuente aconsejó al también activista que contactara con el personal de Psiquiatría a cargo del caso del Caníbal de El Salao, como también se le conoce a Fernández Torres, porque “hay cosas interesantes”.
Según esta mujer, cuya hija tiene una amiga que “conoce a personas que le están haciendo los tests” al criminal, el hombre tiene “un expediente psiquiátrico desde niño” porque se dedicaba a abrir “animales vivos: perros y gatos”.
“Consulta tus fuentes para comprobar la veracidad de esta información”, señaló además.
“Si verdaderamente salen a la luz todos los detalles del Caníbal de Santiago de Cuba, creó que superará en víctimas a Jeffrey Dahmer. La verdad no puede ser silenciada”, comentó posteriormente Mayeta, una fuente fiable sobre el acontecer diario de Santiago de Cuba y que ha sido muy seguido de cerca el caso.
De acuerdo con la confesión inicial de Fernández Torres, filtrada por Mayeta, en el apartamento del detenido “se ocuparon una jarra con grasa humana, dos pomos con carne frita y una bolsa negra en el patio con parte de las costillas”.
La declaración confirmó que el crimen ocurrió el pasado 21 de agosto, cuando la víctima y su asesino compartían tragos de ron en la vivienda del acusado.
Posteriormente el investigador Julio César González Pagés señaló “no se descarta la posibilidad de estar en presencia de un asesino en serie” porque, según amigos y vecinos, “se encontraron otros pozuelos con grasa humana”, que no pertenecía a Mercantety Quiñones, la persona desmembrada, y que en esa zona han ocurrido varias desapariciones”.
En otro momento trascendió que Fernández Torres, quien se desempeñaba como profesor y tenía una afición especial por los libros de Agatha Christie y de crímenes, fue trasladado por las autoridades a su edificio en lo que sería una reconstrucción de los hechos.
Entonces se especuló que residentes del lugar vieron a los peritos retirar restos humanos detrás del mercadito de dicho edificio, los cuales podrían pertenecer a un hombre identificado como “Kukito”, cuya desaparición se reportó desde hace meses y que también visitaba la casa del asesino para beber alcohol.
