El béisbol y la música se dieron la mano en un tierno retrato familiar. El pelotero cubano Víctor Víctor Mesa y la cantante Nayer compartieron en Instagram una serie de imágenes que ya tienen a sus seguidores suspirando de ternura. A días de recibir a su segundo hijo, la pareja decidió inmortalizar el momento con una elegante sesión en blanco y negro que resalta complicidad, amor y la ilusión de una nueva etapa.
En las fotos aparece el pequeño Víctor Víctor Jr., quien no pasa desapercibido con su simpatía infantil, mientras acompaña a sus padres en este capítulo de alegría. Nayer, con su embarazo avanzado, luce radiante y desbordando dulzura, mientras que el deportista se muestra orgulloso, abrazando a su esposa y su hijo mayor en un gesto de plenitud familiar.

“Baby #2 is coming soon”, escribió el pelotero en la publicación, confirmando que el nuevo integrante será otro varoncito. Nayer, emocionada, respondió a su esposo con un mensaje corto pero cargado de afecto: “Bendecidos, te amo”. El nuevo embarazo, lejos de restar energía a la familia, parece haber reforzado esa chispa que los seguidores tanto celebran: cercanía, frescura y naturalidad.
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Para la pareja, agosto ha sido un mes doblemente especial. Además de prepararse para recibir a su segundo bebé, Nayer celebró sus 34 años al inicio del mes. Una coincidencia que convierte la espera en una auténtica fiesta familiar, donde se entrelazan música, deporte y la dicha de la maternidad.
No es la primera vez que la pareja comparte su felicidad públicamente. Hace unos meses organizaron una emotiva fiesta de revelación de género, en la que confirmaron que el nuevo integrante sería un niño. A pesar de que ambos suelen cuidar su vida privada, han demostrado que hay momentos que merecen ser compartidos con quienes los siguen y apoyan en redes sociales.
Las reacciones a la publicación no se hicieron esperar. Miles de comentarios y corazones inundaron las fotos, con mensajes de cariño tanto de fanáticos como de amigos cercanos. Para muchos, la familia Mesa-Nayer se ha convertido en un símbolo de unión y alegría, un ejemplo de cómo el amor puede sostenerse y crecer en medio de agendas cargadas de conciertos y temporadas deportivas.





