Apagón prolongado en La Habana desencadenó molestas protestas en los barrios

Havana
algo de nubes
22.2 ° C
22.2 °
22 °
94 %
1.5kmh
20 %
Sáb
30 °
Dom
30 °
Lun
29 °
Mar
25 °
Mié
23 °

Lo que empezó como otro corte “programado” terminó desbordando la paciencia. Desde la tarde del 16 de septiembre, cuando el déficit de generación volvió a arrastrar a la capital a largas horas sin servicio, han sido ya más de 15 días que los habaneros están lidiando con los molestos apagones, aunque nunca al estilo «Oriente» o «Interior del país», espacios geográficos de la isla donde se han llegado a reportar hasta más de 60 horas de servicio interrumpido.

Ayer 2 de octubre, barrios como San Agustín (La Lisa), la Doble Avenida de Antonio Guiteras y zonas altas de Cojímar se echaron a la calle con cazuelas, gritos de “¡Pongan la corriente!” y discusiones con patrullas que acudieron a contener el malestar.

Las escenas circularon en perfiles como el del músico y activista Saúl Manuel, que difundió videos de Lawton y Dolores, y también de la Calle Montes, en La Habana. Saúl recogió testimonios y videos que le enviaron desde la capital y habló de “apagón general en La Habana… la boca de un lobo hirviendo”, descripción que otros habaneros corroboraron en comentarios con horarios extensos de afectación.

También en Altahabana, según un video divulgado por él, los vecinos se lanzaron a la calle a sonar las cazuelas.

Los reclamos no surgieron en el vacío. Septiembre fue, según el Observatorio Cubano de Conflictos (OCC), un mes de récords: 1.127 protestas, denuncias y acciones cívicas en todo el país, con La Habana a la cabeza y el tema eléctrico como una de las principales mechas del descontento.

El informe destaca que las afectaciones del Sistema Electroenergético Nacional, junto con la falta de agua corriente, empujaron cacerolazos, bloqueos de calles y protestas nocturnas, mientras el Gobierno atribuía el caos a la obsolescencia del parque termoeléctrico y a la falta de combustible.

En la capital, la secuencia se ha estado repitiendo por días: horas de oscuridad, alimentos echándose a perder, cocinas improvisadas a carbón, niños sin dormir por el calor y hospitales al límite. En ese clima, el 16 de septiembre se reportaron cacerolazos en San Agustín y en la Doble Avenida de Guiteras; en Cojímar, vecinos “tomaron la calle” y, según testimonios en redes, “pusieron la luz al poco rato de haberse formado la rebelión”.

También hubo reportes de cacerolas en la Esquina de Tejas y en repartos de Marianao y Boyeros, con cierres de vías y presencia de fuerzas especiales en distintos puntos de la ciudad los días siguientes. El OCC documenta que estos estallidos urbanos se insertan en una ola mayor de “desafíos al Estado policial”, con 323 entradas en septiembre, y que los apagones prolongados llegaron a 75 horas en algunos municipios del país, alimentando una atmósfera de frustración y miedo a nuevas noches en vela. Conflictómetro-Septiembre 2025-…

El telón de fondo es conocido: termoeléctricas envejecidas, mantenimientos postergados, patanas turcas que salen de servicio por impagos y una generación que no alcanza ni para la demanda mínima. Mientras no cambie esa ecuación —y de momento no hay señales de un alivio sostenido—, las madrugadas seguirán siendo el único respiro para lavar, cargar teléfonos o salvar lo que queda en el refrigerador. Y cada apagón que se prolonga terminará, inevitablemente, volviendo a sacar a los barrios a la calle.

¿Quieres reportar algo?

Envía tu información a: [email protected]

Lo más leído

Quizás te interese

Envíos a CUBA desde → $1.79 x LBENVÍA AQUÍ
+