La cantante e influencer cubana Amanda Sánchez, conocida en redes sociales por su larga relación con el también creador de contenido Jorge Batista (Ultrack), abrió su corazón en una reciente entrevista concedida a Alex Otaola, durante su show “El Mañanero”. La artista habló sin rodeos de los 7 años que compartió con el influencer, una etapa que, según confesó, estuvo marcada por altibajos que finalmente la llevaron a tomar la decisión de separarse.
Amanda quiso despejar las dudas en torno a uno de los temas más comentados: la supuesta infidelidad. “No, no lo fui”, respondió tajante cuando Otaola le preguntó directamente si había engañado a Ultrack. Para ella, el fin de la relación no estuvo relacionado con una traición de su parte. Eso sí, insinuó que no recibió el mismo trato dentro de la pareja, dejando abierta la interpretación de que él sí pudo haber sido infiel.
En sus palabras también reconoció episodios de violencia, aunque precisó los matices: habló de maltratos verbales y psicológicos, pero negó rotundamente que existiera violencia física. En ese punto, fue clara sobre su motivación principal: proteger su bienestar emocional y, sobre todo, el de sus hijas.
La conversación con Otaola tomó un giro inesperado cuando el presentador sacó a relucir un rumor que circulaba en redes: supuestamente Amanda habría tenido un romance con un “hombre de Kentucky”. La artista respondió con humor, mirando a su pareja actual, Celle: “¿Mi amor, tú eres de Kentucky?”. La broma sirvió para dejar en claro que la única relación que sostiene hoy en día es con él y que, en consecuencia, no se trató de ninguna infidelidad.
Aun así, Otaola insistió en el tema. Al ponerla contra la pared con su habitual estilo provocador, le preguntó si Ultrack sí había sido infiel. Usando los códigos que habían acordado en la charla —“azul” para sí y “negro” para no—, Amanda contestó sin titubeos: “Azul”. Con esa sola palabra dio a entender que las versiones que circulaban sobre supuestas aventuras fuera de la relación podrían tener más fundamento del que muchos creían.
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La artista también deslizó que varios rumores en torno a su vida personal podrían haberse originado en el propio entorno de Ultrack, una afirmación que abre un nuevo ángulo en la historia de esta mediática separación.
Las revelaciones de Amanda llegan en un momento en que la opinión pública cubana y de la diáspora sigue de cerca cada movimiento de sus figuras digitales favoritas. Al hablar con franqueza de temas tan delicados —violencia psicológica, lealtad y rumores malintencionados—, la cantante pone sobre la mesa cuestiones que van más allá del simple chisme: la salud mental, la transparencia en las relaciones y la forma en que los entornos digitales pueden alimentar conflictos personales.
La charla dejó un sabor agridulce. Por un lado, Amanda demostró firmeza al defender su verdad y al priorizar su paz interior. Por otro, el eco de sus palabras invita a pensar en lo complejo que resulta gestionar la vida íntima cuando cada detalle se discute en público. En medio de esa exposición constante, quizás la mayor enseñanza sea la que dejó caer casi al pasar: poner por delante el bienestar propio y el de los hijos, incluso cuando eso implique romper con una historia de años.





