Desde una habitación que parece sacada de una escena cinematográfica, Yasbell Rodríguez ha vuelto a tomar por asalto las redes sociales con una serie de imágenes donde no solo posa con elegancia, sino que transmite una fuerza emocional que ha calado profundo entre sus seguidores, tanto dentro como fuera de Cuba.
Vestida con lencería roja y cubierta por una bata de satén azul, la actriz se dejó ver desde la intimidad, apostando por una estética que equilibra el deseo con el recogimiento. En una de las fotos aparece recostada sobre una alfombra blanca, mirando de frente a la cámara con una intensidad serena. En otra, cierra los ojos y sonríe con una dulzura que parece nacida de un instante solo suyo, sin pose ni artificio.
Pero lo que realmente detuvo el scroll fue el texto que acompañó la publicación. Con palabras que parecen sacadas de un diario personal, Yasbell escribió: “A veces despertar duele. A veces la fuerza no viene sola. Hoy me levanto, aunque el cansancio me abrace. Hoy me visto de luz, de piel, deseo y ternura. Porque ser mujer es convertir el dolor en esperanza, la soledad en coraje y el miedo en fuerza”.
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La actriz no solo mostró piel; mostró vulnerabilidad, y en tiempos de filtros y máscaras, eso tiene más impacto que cualquier escote. “Que cada mañana nos encuentre con el alma despierta y el corazón dispuesto a sanar, incluso en medio de la tormenta”, cerró el mensaje, que rápidamente fue compartido y comentado por mujeres que se sintieron reflejadas en esas líneas.
“Guapísima”; “Un sueño hecho mujer”; “Cuando la belleza es tan evidente, sobran las palabras, gracias mujer, por compartir tanta poesía en esas fotos”; “Sé feliz, que la final solo nos llevamos una muda de ropa y no la escogemos nosotros”, le escribieron sus seguidores en la caja de comentarios.
Hace apenas unos días, Yasbell ya había sido tema de conversación tras publicar otra sesión en la que, según dijo, se desnudó “en cuerpo y alma”. Si bien hubo críticas por mostrarse sin filtros ni pudores, los elogios y palabras de aliento fueron mayoría. No es la primera vez que la actriz enfrenta el juicio público por expresarse libremente, pero lejos de amedrentarse, parece encontrar en cada ataque un motivo más para reafirmarse.
