Las redes sociales volvieron a hacer de las suyas y esta vez el “culebrón” tiene como protagonistas a tres figuras queridísimas del humor cubano: Víctor Molina, Aleanis Jáuregui (la inigualable Cuqui La Mora) y el también comediante Jardiel González. Todo comenzó con un comentario aparentemente inocente en TikTok, pero bastó una chispa para que el rumor se encendiera: ¿es “El Gordo” Molina el verdadero padre de Lil González, la hija de Cuqui?
La teoría, que ya algunos daban casi por confirmada en la sección de comentarios, surgió tras un video reciente publicado por Lil, de 18 años, donde aparece compartiendo entre risas junto a Víctor y su madre. “Siempre lo supe. El gordo Molina es el papá de la hija de Cuqui, por eso siempre andan juntos”, escribió un usuario, convencido de que tanta cercanía solo podía tener una explicación biológica.
Pero la realidad es otra. Lil es hija de Cuqui y Jardiel González, humoristas que durante años compartieron escenario, vida y ahora una dinámica familiar tan relajada como hilarante. De hecho, Jardiel se encuentra estos días hospedado en la casa de Cuqui y su hija en Miami, lo que ha dado pie a más bromas, más convivencia… y más combustible para las redes.
En vez de cortar los rumores de raíz, la familia decidió tomarse la situación con humor. Y ahí fue cuando la historia se les fue de las manos. En el video que supera ya las 140 mil vistas, Lil mira a la cámara con rostro solemne y declara: “Llevo queriendo decirles esto hace mucho tiempo y por fin ha salido a la luz. Víctor es mi papá”. A su lado, Víctor Molina queda petrificado, con la boca abierta, mientras ella sigue alimentando la broma: “Yo lo trataba de esconder por la diferencia de edad entre él y mi mamá, pero ya salió a la luz”.
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El chiste duró lo que tardó Cuqui en intervenir. “Él no es tu papá, di lo que verdaderamente es”, le pidió, intentando mantener la compostura. Y Lil, sin perder el ritmo, remató: “Está bien, él es mi abuelo”. Aquello provocó carcajadas inmediatas. “¿Cómo que abuelo?”, respondió Molina, de 62 años, casi indignado y muerto de la risa al mismo tiempo.
Para cerrar con broche de oro, apareció Jardiel en escena y llamó “papá” a Víctor, sumándose a la cadena de disparates. El momento quedó sellado como uno de esos sketches improvisados que solo pueden salir de tres de los humoristas más populares entre los cubanos, en la isla y la diáspora.
Al final, no hubo revelaciones, ni secretos, ni parentescos ocultos. Solo humor cubano en su estado más puro: espontáneo, burlón, familiar. Convertir un chisme en un sketch que hace reír a medio internet es un talento, y si alguien sabe hacerlo, son ellos. La paternidad real sigue exactamente donde siempre ha estado. Pero la diversión, esa sí, quedó registrada para la posteridad en TikTok.





