En tiempos difíciles, los gestos de humanidad se vuelven noticia. Y el del reguetonero cubano Ja Rulay está marcando la diferencia. Desde hace varios días, el artista ha dejado los estudios de grabación y sus compromisos profesionales para unirse al equipo que reparte ayuda a las familias afectadas por el huracán Melissa en el oriente del país.
La iniciativa forma parte del proyecto La Familia Cubana, desde donde se coordinó el envío de donaciones desde Miami. En los videos compartidos por el canal de esta plataforma se ve al intérprete descargando cajas, repartiendo víveres y caminando junto a los vecinos por las zonas más golpeadas. Nada de poses ni cámaras de lujo: solo la imagen de un joven músico con las manos llenas de trabajo y empatía.
Su participación no pasó inadvertida. Las redes sociales se inundaron de mensajes elogiando su humildad y compromiso. Muchos usuarios resaltaron la autenticidad del gesto, destacando que su presencia en los barrios afectados no era para buscar protagonismo, sino para ayudar de verdad. “Él sabe que eso es más que pegar una canción. Dios lo bendiga”, escribió una usuaria en Instagram, reflejando el sentir general.
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Entre las reacciones más emotivas estuvo la de su pareja, la influencer cubana Marell Infante, quien compartió uno de los videos de la jornada con un mensaje lleno de ternura: “Orgullosa de ti y de tu corazón tan grande. Te admiro tanto”, escribió en sus historias, para luego añadir un “Te amo, mi amor bello”. Sus palabras evidencian el orgullo y la complicidad de una pareja que no oculta su afecto ni en las redes ni en la vida real.
Ja Rulay y Marell han sido noticia en más de una ocasión por sus demostraciones de amor público. Hace apenas unas semanas, el cantante sorprendió a sus seguidores al tatuarse el nombre de ella, un gesto que selló simbólicamente su unión. Ese mismo amor parece reflejarse ahora en el modo en que el artista entrega su tiempo y energía a quienes lo necesitan.
Mientras continúa recorriendo comunidades orientales, Ja Rulay se ha convertido en una imagen poco habitual dentro del panorama urbano: la de un reguetonero con los pies en la tierra, dispuesto a cargar cajas en lugar de micrófonos. Su ejemplo recuerda que la fama no siempre está reñida con la conciencia social.
En medio de la devastación que dejó el huracán Melissa, su presencia lleva algo más que ayuda material: transmite esperanza. Tal vez ese sea el mensaje más poderoso de su gesto —que la empatía también puede ser tendencia, que servir a otros nunca pasa de moda—.





