La polémica estalló en el mundo de la televisión cubana después de que el guionista Yoel Monzón Monzón, uno de los escritores de “Regreso al corazón”, denunciara públicamente las filtraciones internas que han revelado conflictos y giros de la trama antes de su salida en pantalla.
En una publicación que rápidamente encendió el debate en redes, Monzón expresó su frustración con palabras duras y directas: “Es muy triste, lamentable y repudiable que la historia de los personajes y/o el desarrollo de los conflictos sea revelado a los públicos mucho antes de su aparición en pantalla, incluso cuando ni siquiera se puede ‘adivinar’ por parte de los más conocedores del género”.
El guionista fue más allá y apuntó directamente a quienes forman parte del engranaje de la producción: “y eso solo lo pueden hacer los que se han leído el guion y/o han participado directamente en la producción de la novela. Esa o esas personas no son profesionales de respeto, ni respetan a la obra ni a los muchos que nos dejamos el alma para hacerla. Vergüenza para ellos”.
La denuncia abrió un tema sensible dentro de la industria: la forma en que estas filtraciones pueden arruinar no solo la sorpresa del público, sino también el trabajo de guionistas, actores, directores y técnicos que dedican meses de esfuerzo a levantar una telenovela. El género, construido sobre el suspenso y la tensión dramática, depende en gran medida de que el espectador descubra poco a poco los secretos que la historia guarda.

No pasó mucho tiempo antes de que la publicación recibiera el respaldo de figuras del medio. Gabriela Álvarez, protagonista de la telenovela, intervino con un comentario que refleja el sentir de muchos de sus compañeros: “Para mí eso es una falta de respeto muy grande, ya en esta humanidad se ha perdido todo, la ética, los principios y valores. Es lamentable y triste cómo pueden pasar cosas como estas”.
Las palabras de la actriz no solo fueron un espaldarazo al guionista, sino que también pusieron rostro a la frustración del elenco. Porque si la magia de la ficción se rompe antes de tiempo, el trabajo actoral pierde fuerza y la audiencia se desconecta.
“Regreso al corazón” nació de la pluma del escritor santiaguero Alberto Jaime Salmón y se desarrolla en coautoría con Monzón. La historia arranca en una familia que maneja un negocio de flores, pero pronto se abre a temas de fuerte impacto social y emocional: el Alzheimer, el bullying, las segundas oportunidades, la inclusión a través del transformismo y la fuerza sanadora del amor.
En el centro de la trama está Alejandra, interpretada por Gabriela Álvarez, una mujer fuerte y sensible que dirige una agencia artística mientras enfrenta sus propios dilemas afectivos. A su lado, Diego -papel a cargo de Enrique Bueno- intenta rehacer su vida tras una relación fallida, encontrando en la paternidad y en el amor un refugio para sanar.
La novela sucedió en pantalla a “Sábados de gloria” y ha sido recibida con altas expectativas por la audiencia cubana, que reconoce en sus historias ecos de la vida cotidiana y problemáticas actuales. Sin embargo, la controversia en torno a las filtraciones amenaza con empañar esa conexión natural entre obra y público.


















