Un grupo de médicos y un pastor que subían de madrugada a llevar medicamentos a una comunidad de la Sierra Maestra fue emboscado por cinco hombres armados con machetes. El asalto finalmente no se consumó, pero el episodio dejó al descubierto una Cuba donde ya se roba lo que antes era intocable: medicamentos, oxígeno hospitalario, ayudas para damnificados. La historia, contada por una de sus protagonistas y celebrada en redes con un coro de “Gloria a Dios”, se vuelve reflejo de un país en caída moral.
La incapacidad de las autoridades para gestionar incluso una página web refleja su absoluta ineptitud para enfrentar los problemas reales de la población.
“Mi abuela Cuca era capitana y mi tía Nena era mensajera”, contó el famoso rapero y productor musical sobre la participación de su familia en la lucha armada contra Fulgencio Batista.