El incendio de El Encanto, y la confiscación de las propiedades, marcaría el ocaso de una familia en Cuba; un ocaso que luego se extendió a millones de cubanos.
Con 221.000 ancianos que viven solos, en su mayoría mujeres, y un éxodo continuo de la generación más joven en busca de mejores oportunidades en el extranjero, la situación es cada vez más apremiante