El futuro de las relaciones de Cuba con China y Rusia es incierto. Si bien siguen compartiendo intereses estratégicos y políticos, las limitaciones económicas de la isla y las ambiciones particulares de Beijing y Moscú indican que estos aliados históricos están "juntos, pero no revueltos". Cada uno sigue su propio camino, mientras Cuba intenta sobrevivir en un contexto global que ya no favorece a los regímenes socialistas del mismo modo que en décadas pasadas.
China es el socio comercial más importante de Cuba después de Venezuela, y afortunadamente para el país caribeño, la deuda fue rebajada y negociada el año pasado cuando, según un despacho de la agencia Reuters, el régimen de China acordó reestructurar la deuda de Cuba; momento en el que, además, le otorgó a la isla nuevos créditos comerciales y de inversión por valor de 100 millones de dólares.