Entre abril y octubre, Placetas suma tres hechos de sangre que, aunque distintos en naturaleza, revelan un mismo patrón: conflictos domésticos o rurales que derivan en muertes violentas, sin mediación institucional ni respuestas preventivas visibles. En zonas como Falcón, donde la presencia policial es esporádica y los conflictos suelen resolverse entre vecinos, los límites entre justicia y venganza tienden a difuminarse.