En Miami, donde el “fustán” es comida en la mesa, la noticia cae como plomo: bodegas, mercados y despensas comunitarias se preparan para un noviembre más duro si el dinero plástico no llega a tiempo.
Los activistas están empeñados en transformar la vida de los más vulnerables, protagonizando hechos que nos dan esperanzas, en medio de la más grave crisis económica en la historia reciente de Cuba.