La historia de Marta y de otros niños Pedro Pan es un recordatorio del sacrificio que muchos padres hicieron para garantizar un futuro mejor para sus hijos, enviándolos lejos de la Cuba comunista. Aunque algunos niños sufrieron la separación familiar y las dificultades de adaptación, como Marta lo describe, para muchos fue "un gran paso hacia la libertad".
La historia de Antonio Argiz es un reflejo de los altibajos y las oportunidades que han experimentado los cubanos llegados a Estados Unidos como parte del programa Niños Pedro Pan.