La decisión de "La tigreza hp" de no denunciar podría ser vista como un ejemplo de cómo la violencia se ha normalizado y cómo las víctimas son socialmente condicionadas para minimizar sus traumas.
Este último ataque en las Bahamas no solo es una tragedia personal para la familia de la víctima, sino que también plantea preguntas serias sobre cómo los destinos turísticos pueden equilibrar la promoción de experiencias únicas con la garantía de seguridad para sus visitantes.