La historia, en suma, es la de un giro que tardó casi tres décadas: un fallo que se desploma cuando la testigo que lo sostenía reconoce que fue ella quien mató a Prazniak y escondió el cuerpo en un armario.
Savannah fue asesinada cerca de Lake Street en Minneapolis, una zona conocida por su diversidad y vibrante vida comunitaria. Sus amigos y seres queridos la recuerdan como una persona llena de vida, cuya ausencia deja un vacío inmenso en sus vidas.