La familia pide oraciones por la pronta recuperación del niño, identificado por allegados como Lían, que “estaba por cumplir dos años” y permanece en terapia intensiva.
Este caso de Nueva Gerona, contado primero desde la desesperación y luego multiplicado por el país entero, es más que una noticia trágica. Es la radiografía de un Estado que dejó que la salud mental fuese terreno de la fe y la suerte.
La única razón para no conocer a Loquímbiri, o Manolito del Vedado, probablemente sea residir fuera de La Habana o visitar muy poco la ciudad. La estampa pintoresca de quien se sabe cantante, locutor y presentador de radio en algún mundo donde habita su mente es imposible que pase desapercibida.