el régimen está reciclando sus caballeros templarios de décadas atrás; aquellos cercanos a Fidel que, una vez que Raúl llegó al poder, fueron apartados y desdeñados.
Con esta jugada maestra, parece que el Gobierno cubano no está dispuesto a perder ni un milímetro de control. Porque claro, ¿qué sería de una Mipyme sin un núcleo comunista infiltrado, listo para fiscalizar que todos los trabajadores piensen en rojo y actúen según "la única ideología correcta"?