Fue identificado como Erandys Zerquera, de 23 años, el joven que murió tras un violento altercado en Trinidad, Sancti Spíritus. Según versiones locales, estaba de pase mientras cumplía una sanción penal y recibió heridas mortales durante una pelea colectiva, un hecho que aumenta la preocupación por la violencia en la zona.
los forenses encontraron no solo restos de comida sin digerir, sino también elementos extraños: cáscaras de huevo y plumas en el estómago del menor, señal de que el pequeño había estado ingiriendo objetos sin supervisión. Esos hallazgos ya sugerían negligencia, pero la pieza definitiva llegó con el informe toxicológico.
El proceso judicial no era nuevo para él. En 2015, un jurado ya lo había condenado a muerte por el mismo crimen, también con una votación 9 a 3, pero la sentencia fue anulada por cambios constitucionales relacionados con la aplicación de la pena capital en Florida. Esta vez, los fiscales insistieron en que la violencia del ataque —y el hecho de que Andrés ya era un asesino convicto— justificaba la ejecución. Recordaron que en 1987 él había matado a puñaladas a Linda Azcarreta, amiga de su esposa, un crimen por el que apenas cumplió 18 meses de prisión tras declararse culpable.
En La Habana Vieja una vieja deuda de sangre se cobró a plena luz del día, frente a todos, y reforzó la idea de que, en muchos barrios de la capital, la vida vale cada vez menos y la violencia se ha convertido en un lenguaje habitual.
Los dos hechos comparten elementos clave: ocurren de madrugada, en entornos de ocio, con arma blanca y con víctimas que, según su entorno, tenían experiencia o entrenamiento para defenderse. En el caso más reciente —el de Pedroso—, vecinos también han señalado antecedentes del presunto agresor; esas afirmaciones deben ser confirmadas por la investigación oficial.
Entre abril y octubre, Placetas suma tres hechos de sangre que, aunque distintos en naturaleza, revelan un mismo patrón: conflictos domésticos o rurales que derivan en muertes violentas, sin mediación institucional ni respuestas preventivas visibles. En zonas como Falcón, donde la presencia policial es esporádica y los conflictos suelen resolverse entre vecinos, los límites entre justicia y venganza tienden a difuminarse.
La Policía de Tulsa agradeció las llamadas y consejos recibidos durante la búsqueda, subrayando el valor de la cooperación con otras agencias —en particular con los U.S. Marshals— para capturar a personas buscadas que cruzan jurisdicciones estatales. El caso ilustra cómo el intercambio de información entre departamentos y sistemas de cámaras de comercios o áreas públicas, sumado a los reportes de la comunidad, puede acelerar la localización de prófugos y su puesta bajo custodia.
Melissa tenía 22 años y había culminado sus estudios en Florida International University. Se preparaba para convertirse en abogada, convencida de que la justicia y la equidad eran causas que merecían ser defendidas. La noche del 3 de enero de 2020, alrededor de las 8:30 p.m., viajaba con su novio por los carriles sur de la I-95, cerca de la intersección con la calle 79, rumbo al hospital Mount Sinai. Su abuelo estaba enfermo y ella iba a visitarlo. En ese trayecto, una bala perdida le atravesó la cabeza. Melissa falleció poco después en el Ryder Trauma Center del Jackson Memorial Hospital.
Ahora, la policía está buscando al conductor que, según dijeron, golpeó y mató intencionalmente a la anciana hispana de 71 años en Miami antes de huir de la escena.