Con su determinación y talento, Geysel Vaillant no solo representa la belleza cubana, sino también la esperanza y el orgullo de su nación. Su participación en futuros certámenes de belleza como Miss Universo podría marcar un hito en la historia de Cuba en estos eventos, mostrando al mundo la riqueza cultural y el espíritu resiliente de su gente.
Aunque Vaillant no consiguió llevarse la corona—que fue otorgada a la modelo Maria Varzaru, representante de Rumanía—sin duda logró destacarse en la 30ª edición del concurso celebrada en Egipto.