Un grupo de 18 acusados por los disturbios en las inmediaciones del Parque Tecnológico Finca de los Monos, en La Habana fue condenado a prisión por cuatro y ocho años bajo los cargos de desórdenes públicos y portación y tenencia ilegal de armas o explosivos.
Este juicio marca un aniversario de tensión no sólo entre la juventud habanera y el Estado, sino también sobre la gestión cultural y el derecho a espacios públicos. La sentencia enviará un mensaje claro, pero el debate sobre prevención y oportunidades culturales apenas comienza.