Con tono burlón, Sandro entonó: “Tengo hambre, vámonos a comer platanito. Maduro, Maduro, frito, frito”. Para los usuarios, el comentario fue un dardo directo contra Nicolás Maduro
En Santa Ifigenia, el escultor sigue firme, esperando la charla de mañana con su ilustre cliente. Total, en una Cuba donde lo absurdo se normaliza, hablar con Fidel todos los días es, como mínimo, coherente con el resto del guion.
Este episodio resalta la desconexión entre ciertos artistas oficialistas y el sentir popular, evidenciando que, a veces, el empuje propagandístico no basta para salvar una canción que, musical y socialmente, ha chocado con la realidad.
El expresidente boliviano Evo Morales rechazó las versiones que lo situaban rumbo al exilio en Cuba y aseguró que permanecerá en Bolivia para enfrentar al próximo gobierno, incluso si está...
Una foto inédita de Fidel Castro fue hallada en la mansión de Jeffrey Epstein, revelada por el NYT. El hallazgo reaviva el debate sobre conexiones con el dictador cubano.
La publicación ha sido compartida con asombro —y no poca burla— por cubanos dentro y fuera de la isla. "Hasta la victoria… para el selfie", comenta un lector italiano. “Suo nonno si rivolta nella tomba” (su abuelo se revuelca en la tumba), dice otra. Y no faltan quienes resumen todo el asunto con una sola palabra: “declino”. Una palabra que en italiano significa decadencia, desplome, pérdida de sentido. Lo opuesto a lo que alguna vez se llamó “continuidad”.
La frase puede sonar divertida, pero trae una advertencia escondida: el recuerdo de una telenovela vinculada a una pausa total obliga a pensar qué han perdido todos estos años. Entre apagones y consensos, la isla no necesita suspender racionamientos para una novela. Lo que necesita es que la corriente —y la voluntad política— fluyan hacia un servicio público digno. Y sí, si aligeran el humor, no vendrían mal buenas telenovelas brasileñas para alegrar las luces.
"Lo que nunca ha pasado por mi mente es el arrepentimiento de estar en Cuba y de crecer junto a mi familia. Puedo estar pasando situaciones difíciles y puedo estar pasando el problema que sea, ", dijo González en declaraciones a la prensa estatal.
Elvin Fontaine Ortiz muere como vivió: en el silencio de la seguridad del Estado, en la fidelidad discreta al líder que protegió. Su partida deja la sensación de un servicio relegado al anonimato del poder, sin penas ni glorias públicas, pero con el reconocimiento callado de quienes compartieron su misión.