La situación energética en Cuba es tan grave, que no hay corriente ni para echar a andar las plantas que mueven el agua dentro de las ciudades. A la falta de alimentos y electricidad se suma la carencia de agua.
La gente en Cuba sigue cocinando con leña o carbón, perdiendo comida por falta de refrigeración, viviendo sin ventiladores en un verano que ya comienza, y sin esperanza de que el gobierno les diga la verdad sin maquillaje solar.
El ingeniero chino señala que la abundante radiación solar de la isla es una ventaja que permite aprovechar al máximo la tecnología fotovoltaica china. Además de instalar el equipo, los especialistas chinos capacitaron a sus contrapartes cubanas, permitiéndoles operar la planta de manera autónoma.