El fallo se dio a conocer por la jueza Sara Cockerill de la sala Comercial del Tribunal Superior de Londres el 22 de junio, marcando un hito en el historial legal del gobierno cubano, señalan medios independientes cubanos.
El juicio terminó la semana pasada, pero todavia persisten los ecos del mismo. La decisión de la jueza podría marcar el destino de millones de cubanos, que sin comerla ni beberla, viven a merced de corruptos e ineptos dirigentes, que se presentaron en Londres con argumentos "pasados de época", sí, pero que en teoría pusieron a la jueza a pensar sobre su decisión.
El gobierno de Cuba considera que el testimonio brindado vía remota por un exfuncionario del Banco Nacional de Cuba encarcelado en la isla, y su mea culpa, pudiera ser la carta que les salve.