Ambas desapariciones reflejan un fenómeno dolorosamente extendido: cubanos que se desvanecen entre la desidia institucional, el abandono y, en ocasiones, la violencia. Olegario Quesada desapareció en su propio país, en una capital donde nadie da razón; Yasser Tamayo, en tierras extranjeras, en medio de un contexto incierto. Dos historias que hoy convergen en un mismo reclamo: que la voz colectiva sirva de puente para traer de vuelta a los ausentes.
El hallazgo de “Chaguito” podría cerrar un ciclo de 25 años de incertidumbre. O podría convertirse en otra pista más, inconclusa, de tantas que han recorrido sus familiares. Pero incluso en la duda, su historia ya ha cumplido un papel inesperado: visibilizar que en Cuba no son uno ni dos, sino muchos los que se esfuman sin dejar rastro, y que cada caso arrastra un duelo prolongado y un país entero que prefiere no mirar.
Las familias, desesperadas, confían en que la ciudadanía pueda hacer lo que hasta ahora las autoridades no han logrado: encontrarlos y traerlos sanos de vuelta a casa.
la familia de la anciana desaparecida en Marianao continúa su búsqueda incansable, esperando que su ser querido regrese sano y salvo. La comunidad permanece alerta y dispuesta a colaborar en lo que sea necesario para lograr su pronta aparición.
la familia de Raúl Riveros Vega continúa su búsqueda, aferrándose a la esperanza de encontrarlo sano y salvo. Su caso es un recordatorio de la necesidad urgente de mejorar los mecanismos de respuesta ante las desapariciones en Cuba y de la importancia de la solidaridad ciudadana en momentos de crisis.
Estas desapariciones no son hechos aislados. En los últimos meses, otros casos han conmocionado a la población, como el de un joven desaparecido mientras cumplía el Servicio Militar Obligatorio en La Habana o el de una anciana que se perdió en Trinidad tras salir a buscar su ganado.
Mientras la familia de Felicia clama porque se detengan los rumores que desinforman, y la de Heriberto implora mayor apoyo en su búsqueda, ambas representan el dolor compartido por muchas familias cubanas que enfrentan la desaparición de sus seres queridos.
Ante esta situación, se espera que las autoridades intensifiquen la búsqueda y cooperen con las familias para esclarecer los hechos y brindar apoyo psicológico y emocional a los afectados. La comunidad sigue atenta a cualquier actualización que pueda dar alguna pista sobre el paradero de Eliset, Estermis y la joven de 16 años.