Varios hechos reportados a través de las redes sociales enlutaron - enlutan - a decenas de familiares y amigos de víctimas que, en la mayoría de los casos, dejaron no a decenas, sino a cientos de personas consternadas.
En Cuba, donde los mecanismos formales de asistencia suelen ser lentos o insuficientes, Facebook y WhatsApp funcionan como tablón de anuncios, oficina de coordinación y, muchas veces, única ventanilla de esperanza. Hay una ética de la proximidad que se activa: quien no tiene dinero ofrece transporte; quien no puede donar sangre replica la convocatoria; quien no posee colchones pregunta por tallas de ropa; quien vive fuera enciende la cadena de remesas o compra en línea.
El post, publicado en Facebook el pasado 29 de junio, acumula 6,2 mil reacciones, con 248 comentarios y se ha compartido 59 veces. Unos lo celebran como una gesta de valentía ganadera; otros cuestionan la ética de mantener amarrado a un animal que solo se defendía en su hábitat natural. Pero todos coinciden en algo: no es un toro cualquiera. Su tamaño, fuerza y fama de “invencible” lo han convertido en el protagonista del más puro rodeo cubano.