La designación no habla solo de Crespo Baquero; habla del sistema que la produce y la protege. En Cuba, el mérito que pesa no es la gestión pública verificable, sino la lealtad y la utilidad narrativa. Por eso, aunque el currículum exhiba baches, el ascensor ideológico sigue funcionando.
El ascenso y la caída de Carlos Aldana reflejan las tensiones y contradicciones inherentes al sistema político cubano, donde la lealtad y el poder pueden ser tan efímeros como los propios cambios en la línea del Partido