Si Cuba logra finalmente llegar a Kazán o si su aspiración queda varada en el aeropuerto de La Habana, es algo que se resolverá en los próximos días. Lo cierto es que, por ahora, la asistencia de Díaz-Canel a la reunión del BRICS sigue siendo una incógnita, con todos los ojos puestos en los hangares y la llegada de las tan esperadas piezas de repuesto.