La recién coronada Miss Universo Cuba 2025, Lina Luaces, rompió el silencio en redes sociales y lo hizo con un mensaje tan emotivo como contundente, luego de semanas de comentarios y cuestionamientos sobre su legitimidad para representar a la Isla en el certamen internacional.
A menos de un mes de haberse llevado la corona, la hija de Lili Estefan —figura icónica de la televisión hispana en Miami— enfrentó de frente unas de las críticas más repetidas: no haber nacido en Cuba y su dominio del español.
Lina arrancó su publicación con palabras de gratitud hacia su antecesora, Marianela Ancheta, Miss Universo Cuba 2024: “Por la gracia y la fuerza con la que nos representó este último año. Ella llevó nuestra bandera con honor. Conozco el peso del legado que deja atrás”.
También tuvo un mensaje para el diseñador venezolano Prince Julio César, director de la organización: “Por atreverse a soñar en grande, crear esta organización y devolverle a Cuba su lugar en el escenario mundial para que nuestra historia vuelva a contarse frente al Universo”.
Desde un tono personal, Lina reflexionó sobre el significado de portar la banda y la corona: “Un gran poder viene con una gran responsabilidad y lo recibo con los brazos abiertos, no solo por mi niña interior que se sintió incomprendida, invisible y silenciada durante años, sino para cada cubano y para cada alma en el Universo que alguna vez ha llevado esos mismos sentimientos en su corazón”.
En un guiño a su historia personal, la joven enfatizó que no puede cambiar sus orígenes, pero sí lo que hace con ellos: “Soy la chica más afortunada del mundo por haber tenido la oportunidad de aprender, crecer y recibir el mejor consejo y ejemplo de mi familia. Ya no me avergüenza decirlo, al contrario”.
Lina reivindicó su identidad como parte de la generación nacida del exilio cubano, asegurando que lo que muchos ven como debilidad, como que el español no sea su primer idioma, ella lo ve como fortaleza:
“Los idiomas no son barreras, son puentes. Hoy me paro aquí para hacer ese puente entre culturas y generaciones, y recordarle a nuestro pueblo que no debemos tener pena de hablar el idioma de nuestro corazón”.
La reina de belleza también defendió con orgullo el acento de quienes crecieron fuera de la Isla: “No es increíble que, a pesar de quienes se burlan de nuestros acentos, seguimos adelante y elegimos representar nuestras raíces. Eso no es debilidad, eso es poder”.
Consciente de que su camino no ha sido fácil, confesó que estas semanas han sido un reto emocional: “La libertad es un privilegio, y la llevo conmigo con reverencia. (…) La lección más grande que he aprendido es que yo soy suficiente, tal y como soy. No estoy definida por el lugar de donde vengo, sino hacia donde voy”.
Finalmente, envió un mensaje a quienes han confiado en ella desde el primer día: “Cuba, llevo tu esperanza en mi corazón y te prometo que te haré sentir orgullosa. Durante años otros intentaron definirme, hoy me toca a mí… les presento a Lina Luaces, tu pastelito de guayaba”.
Con esta respuesta, Lina no solo defendió su derecho a llevar la banda de Miss Universo Cuba, sino que dejó claro que pretende hacerlo con orgullo, identidad y sin dejar que las críticas empañen su camino hacia el certamen internacional.
