Uno de los rostros más familiares del dramatizado cubano ha decidido bajarse del barco. Roque Moreno, actor con décadas de trayectoria en la televisión nacional, anunció que no volverá a participar en telenovelas producidas en Cuba. La razón, dolorosa pero firme, está ligada a su amarga experiencia durante la filmación de “Sábados de gloria”, la más reciente apuesta del ICRT.
En una entrevista concedida a la periodista Ivón Peñalver para el Portal de la Televisión Cubana, Moreno no dejó espacio a la ambigüedad: “Confieso que me faltó paciencia para lidiar con todos los avatares, carencias humanas y limitaciones de producción que lastran la realización de las novelas cubanas”.
Lo que debió ser un rodaje de cuatro meses se extendió a once, convirtiéndose, según sus propias palabras, en una odisea emocional y profesional: “Terminé cansado y frustrado, porque amo mi trabajo y no debería hacerse en esas condiciones”.
Más allá del cansancio físico, el actor también denunció el caos organizativo y la falta de planificación que, según él, siguen marcando la producción de ficción en la isla. Sus declaraciones, directas y sin rodeos, han levantado una polvareda en redes sociales y entre pasillos de estudios de grabación. Algunos lo aplauden por su valentía, otros lo acusan de hablar demasiado claro. Pero lo cierto es que tocó una llaga abierta.
Quizás lo más punzante de su intervención fue la comparación entre dos tramas de “Sábados de gloria” que sacaron a flote los contrastes en la moral pública. Mientras que un triángulo amoroso consensuado entre dos hombres y una mujer provocó escándalo entre el público, la historia de un pederasta abusador apenas generó comentarios. “Asusta pensar que lo que escandalizó al público fuera un trío… mientras que la historia de un pederasta haya pasado casi inadvertida”, lanzó Moreno, como quien pone el dedo en la llaga sin quitar la mirada.
Esa frase, dicha sin tapujos, abrió un debate sobre qué temas están aún secuestrados por los prejuicios sociales y cuáles seguimos prefiriendo no mirar de frente. Para muchos en la isla y también en la diáspora, fue una sacudida necesaria.
A pesar de su adiós a las telenovelas, Roque no se aparta del arte. Sigue comprometido con la compañía teatral “Km 0”, espacio donde ha encontrado libertad creativa y estabilidad emocional. También contempla nuevas incursiones en series o telefilmes, y no se descarta su regreso para la segunda temporada de “Los gatos, las máscaras y las sombras”, bajo la dirección de Elena Palacios.
El retiro del actor de este género televisivo deja un vacío que trasciende lo individual. Habla de un modelo de producción que necesita urgentemente revisión y respeto hacia sus artistas. Porque si quienes aman el oficio se van “cansados y frustrados”, algo está fallando, y no es solo la escenografía.
