A finales de febrero de este año, muchas celebridades se pusieron de luto por la repentina muerte de Jesús Guerrero, conocido como el “peluquero de las celebrities”, a los 34 años.
El joven, que alguna vez fue responsable del estilismo de artistas como Rosalía, Kylie Jenner, Katy Perry, Jennifer López, Demi Moore, Lisa, Charli XCX y Kali Uchis, se había consolidado como uno de los nombres más importantes de la industria de la belleza gracias a su talento para transformar a las celebridades en sesiones fotográficas, videoclips y alfombras rojas.
Tras cuatro meses de su fallecimiento, finalmente el Departamento de Medicina Forense del Condado de Los Ángeles ha esclarecido las causas de la muerte del estilista: una neumonía grave agravada por una infección causada por el hongo Cryptococcus neoformans.
Además, Guerrero padecía el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), lo que debilitaba considerablemente su sistema inmunológico y facilitó el avance de la infección. Por ello, su muerte fue clasificada como “natural”, aunque con causas complejas.
Según declaraciones de su círculo más cercano, Guerrero arrastraba problemas de salud desde el otoño de 2024, con síntomas persistentes como pérdida de peso, fiebre y escalofríos. A pesar de ello, decidió mantener su agitada agenda profesional.
Su ritmo de trabajo era constante y lo llevaba a viajar por lugares como Irlanda, Inglaterra y Dubái. De hecho, fue al regresar de esta última ciudad —donde había trabajado con Jennifer López— cuando tuvo que ser ingresado de urgencia en un hospital de Los Ángeles, falleciendo al día siguiente.
Entre las celebridades que más lloraron su muerte estuvo la modelo e influencer Kylie Jenner, quien más allá de considerarlo su estilista o amigo lo describía como “una luz en mi vida, una fuente de risas, consuelo, amor y apoyo inquebrantable”, y llegó a confesar que no habría sobrevivido a la última década sin él a su lado.
La empresaria también cubrió los gastos funerarios para aliviar la carga económica de la familia y trabajó de forma privada con ellos para trasladar el cuerpo de Guerrero a su ciudad natal, Houston, Texas.
