El reconocido actor cubano Luis Alberto García Novoa pidió explicaciones al régimen de la isla tras saberse que el exministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, será juzgado por múltiples delitos.
A través de una publicación en Facebook, el artista recordó con ironía que Gil Fernández ocupó un alto cargo dentro del gobierno cubano, ya que además de ser titular de Economía fue viceprimer ministro, “otzea… fue binistro”.
Como parte de una reacción que se ha hecho viral en apenas tres días, el protagonista de ‘Clandestinos’ se refirió con sarcasmo a las “diez boberías” por las que la Fiscalía General de la República de Cuba procesará al exministro, que incluyen espionaje, malversación, cohecho, lavado de activos, evasión fiscal, tráfico de influencias y falsificación de documentos públicos.
Desde la óptica del siempre mordaz García Novoa, en la lista de las cosas por las que se juzgará a a Gil Fernández falta “la fundamental”, que es “mentirnos”, “mentirnos” y “mentirnos”.
Sin pelos en la lengua el actor subrayó que fueron los propios gobernantes cubanos quienes nombraron y respaldaron a Gil Fernández durante años. “¿Quién lo puso en esos puestos? ¿En qué Escuela de Cuadros del PCC lo diplomaron?”, cuestionó.
“Le ronca ‘el tallo’ la seriedad y el aplomo con que ‘el camarada’ nos echó en la cara […] que él, su jefe y todos los acólitos del clan estatal lo tenían ‘tó pensao’”, señaló sobre las constantes y tristemente célebres intervenciones de Gil Fernández que fueron televisadas durante los alos en los que respaldó la política económica del régimen.
El actor se preguntó, además, si el juramento público de los funcionarios cubanos tiene algún valor o si solo se trata de una formalidad vacía.
“Tendría que ser ‘muy gil’ ese señor para haber intentado erigirse como la única papa descompuesta en ese saco”, añadió al dejar entrever que hay otros responsables por lo que hizo.
“¿El gran periodismo investigativo nacional alguna vez se olió algo? ¿Algún diputado puso alguna vez en duda los argumentos del Zar de las Finanzas?”, quiso saber.
“¡Menos mal que no es éste un Estado fallido! ¡Menos mal que son las matrices de opinión del enemigo las que intentan desacreditarlo!”.
“Algo huele a podrido en el Estado de Dinamarca”, fue la frase de la obra Hamlet con la que concluyó su mensaje.
