El pasado 11 de julio, agentes de la Policía Estatal de la Brigada Móvil de la Jefatura de Policía de Monza y Brianza, detuvieron en Monza a un ciudadano de origen cubano, de 25 años de edad, tras la activación del llamado Código Rojo, por la presunta agresión sexual a un menor de edad.
La detención ocurrió escasas horas después de que la víctima, de 14 años de edad, llamase al número de emergencias 112, denunciando haber sido agredida sexualmente el día anterior.
Una vez presentes en el lugar, los agentes recabaron pruebas que confirmaron el relato de la víctima. En el lugar de los hechos encontraron incluso el envoltorio del preservativo utilizado en la consumación de la agresión. Tras ser llevada la joven, junto con su madre, a la clínica Mangiagalli de Milán, las pruebas médicas confirmaron la agresión sexual.
La joven contó a la policía con posterioridad a los agentes que había conocido al joven a través de amigos en común aproximadamente una semana antes. Coincidieron en verse, nunca solos, momento en que el agresor le aseguró a ella que tenía 17 años. Posteriormente el agresor convenció al resto para que los dejasen solos, y a su vez la convenció a ella para que le acompañase a un lugar que, dijo, era una zona popular. Minutos después, ocurriría la violación.
Según La Milano, el relato de la joven con relación a lo ocurrido fue cuanto menos drámatico. Asegura que la hizo sentir «cómoda» extendiendo una toalla sobre el césped, para luego invitarla a quitarse hasta las medias. En ese momento le dijo su verdadera edad, y tras ella ofrecer resistencia, él logró reducirla. Para evitar desgarramiento uso un gel que traía consigo, lo que sin dudas le hizo creer a la policía que se trataba de un acto premeditado.
Tras la agresión, la joven, descalza, intentó huir del lugar. El cubano la alcanzó y mediante un cuchillo, y amenazante, le dijo que no contara nada sobre lo sucedido. Con posterioridad, y con toda la calma del mundo, la llevó de vuelta a la estación de Monza.
La joven cumplió su palabra hasta el día siguiente en que, se lo contó a un amigo. Una vez hecho el relato, ya se decidió a contar lo sucedido ante su madre primero y después ante las autoridades.
El joven fue localizado a última hora de la mañana del 11 de julio, Tras la revisión en su hogar encontraron » la toalla aún sucia sobre la que se produjo la agresión, encontrada en la lavadora lista para ser lavada; la ropa que llevaba puesta en el momento del incidente, escondida entre la ropa sucia; y el cuchillo utilizado para amenazar a la víctima», que junto a una botella de Coca-Cola encontrada en el lugar de los hechos, y que fue bebida por él, además del envoltorio del preservativo usado, aportaban las pruebas suficientes para proceder a su detención. Según indicaron también, al joven le fue encontrado encima un billete de avión con destino a España, y una maleta preparada para la huída.
El cubano finalmente fue trasladado a la prisión de Monza y puesto a disposición de la Fiscalía. Tanto su identidad, como la de la víctima, no trascendió a la prensa.
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