El municipio de Trinidad, en la provincia de Sancti Spíritus, está sacudido por la confirmación de la identidad del joven que murió en un violento hecho ocurrido recientemente en ese territorio. Se trata de Erandys Zerquera –mencionado por algunos testigos como Erandy–, de 23 años de edad, quien según versiones locales se encontraba de pase, pues cumplía una sanción penal al momento de los sucesos.
Fuentes consultadas señalan que el incidente ocurrió en el contexto de una pelea colectiva en la que participaron varias personas. Durante el altercado, el joven habría recibido heridas de gravedad que terminaron siendo fatales. Una de las fuentes sostiene que el presunto agresor se dio a la fuga tras los hechos, aunque también se maneja la versión de que resultó lesionado durante la misma riña.
Algunos testimonios sitúan el hecho en la zona conocida como La Pastora, un área referida por residentes como escenario de frecuentes tensiones y enfrentamientos. En medio de la confusión inicial, lo que sí ha quedado claro para familiares y amigos es la brusquedad con que se truncó la vida de un muchacho de 23 años que deja tras de sí a un hijo pequeño, de aproximadamente dos años.
Personas cercanas apuntan además que la madre de Erandys, identificada como Milagros, se encontraría actualmente fuera de Cuba, lo que añade un componente de dolor y distancia a la tragedia. Desde las primeras horas del día, perfiles de vecinos y conocidos de Trinidad se han llenado de fotos del joven, mensajes de despedida y expresiones de indignación por lo ocurrido.
En redes sociales, el mensaje más compartido provino de la página Trinidad te recuerda, donde el usuario Pedro Martínez publicó una despedida que ha resonado entre quienes conocieron al joven. Describió a Erandys como “un chamaco de buen corazón”, alguien marcado por dificultades pero con cualidades que sus amigos prefieren recordar por encima de cualquier conflicto que lo haya rodeado. La frase “te recordaré por lo bueno que tenías dentro” se multiplicó en comentarios y reacciones, dando forma a un retrato más íntimo del muchacho que murió con solo 23 años.
El hilo de condolencias que siguió al post de Martínez refleja la dimensión social del impacto provocado por su muerte. Vecinos, antiguos compañeros de estudio y usuarios que aseguran haberlo visto crecer coincidieron en expresiones de incredulidad y tristeza. Algunos preguntan qué ocurrió realmente; otros, sin entrar en detalles, hablan de una “vida dura” y de un joven que, pese a los tropiezos, mantenía vínculos afectivos fuertes en su comunidad. Ese mosaico de voces terminó convirtiendo la publicación en un pequeño memorial digital, donde Trinidad manifestó su duelo y su desconcierto por una muerte que, para muchos, pudo haberse evitado.
