George Clooney y su esposa, Amal Clooney, han sido oficialmente reconocidos como ciudadanos franceses junto a sus hijos mellizos, Ella y Alexander. La información se conoció este 30 de diciembre de 2025 a partir de registros del propio Estado francés y fue recogida por agencias y grandes medios internacionales, que coinciden en el mismo punto: la familia dio un paso formal para consolidar su vida en Francia, en buena medida motivada por razones de privacidad y crianza lejos del entorno hollywoodense. Reuters reportó que la ciudadanía aparece en documentos del gobierno francés y recordó que Clooney había expresado su deseo de ofrecer a sus hijos una vida “normal”, menos expuesta al acoso de los paparazzi.
CBS News, citando a AP, también informó que Francia otorgó la ciudadanía a Clooney, Amal y los mellizos, y subrayó que el anuncio se basa en una publicación oficial del gobierno. En la misma línea, Associated Press señaló que la concesión aparece en el Journal Officiel, el boletín oficial, y aportó un dato que ayuda a entender el giro: la pareja compró una propiedad en Francia en 2021 y la fijó como residencia principal, buscando un entorno más reservado.
People añadió detalles de contexto al precisar que los mellizos tienen ocho años y que la documentación del Journal Officiel fue revisada por el medio; también recordó declaraciones recientes del actor sobre la vida en Europa y el valor de criar a los niños con rutinas más “aterrizadas”, lejos del circuito de celebridad permanente.
The Guardian por su parte, presentó la noticia como un decreto de naturalización que incluye a toda la familia y remarcó, como móvil, el interés por las normas de privacidad y la protección a menores frente a fotógrafos y prensa intrusiva.
En conjunto, la ciudadanía francesa funciona como un cierre administrativo a algo que venía ocurriendo en la práctica: el desplazamiento del centro de vida familiar hacia Europa y, en particular, hacia Francia. No es una mudanza súbita ni un gesto simbólico aislado, sino un paso legal que acompaña una narrativa repetida por Clooney en entrevistas: la necesidad de criar a sus hijos con menos exposición, menos espectáculo alrededor de su nombre y más margen para la normalidad cotidiana.



















