¿Enviará Rusia misiles a Cuba? Ese es el titular de un artículo aparecido en National Interest, escrito por James Holmes y que intenta dilucidar un poco este panorama guerrerístico que se ciñe sobre los EE.UU. y que está relacionado con el conflicto entre Rusia y Ucrania.
La pregunta de ¿Rusia enviará misiles a Cuba? quizás tenga dos respuestas simples: sí y no. Lo que sucede, y Holmes lo explica muy bien, es que es una preocupación nacida no de la imaginación de un escritor, sino de un hecho real, que sucedió hace ya casi 60 años, y que puso al mundo al borde de una crisis nuclear en la llamada Crisis de Octubre o Crisis de los Misiles.
Es decir: hay dos hechos factuales. Uno, Rusia envió coheres nucleares a Cuba e intentó establecer allí una base para, en el caso eventual de una guerra tener una plataforma de lanzamiento cerca capaz de infligir daño directo en territorio de los EE.UU.
Y el otro: Cuba sigue y seguirá, por fatalismo geográfico, ubicada en el mismo sitio de siempre. Haya sido en el 1962, o ahora en el 2022, Cuba está ahí y nadie la moverá de su sitio.
Debido a eso, a la cercanía de sus costas con la de los EE.UU. es que Rusia, que ha estado en los últimos años muy activa financieramente apoyando al gobierno cubano, fue rápida – dice Holmes – en «invocar el precedente de la crisis de misiles cubanos, lo que implica que Rusia estatería misiles balísticos con punta nuclear de algún tipo en el Caribe.»
El autor sin embargo es enfático y dice: «la historia puede no repetirse.»
Más adelante se pregunta:
«¿Qué tipo de misiles se implementarían Moscú, y cómo los implementaría para un máximo impacto estratégico?», para llegar luego a otro punto: ¿qué otras opciones tiene Moscú ahora?
Bien, con relación al 1962 hay una gran diferencia. Ese año, la URSS, de la cual es heredera Rusia, solo contaba con un país para el apoyo en el área: Cuba.
Ahora, en el 2022 tenemos dos más: Venezuela y Nicaragua. Entre los tres forman un triángulo geográfico.

Ello da pie a la creencia de que «la Marina rusa podría organizar un escuadrón de buques de guerra en el Caribe con suficientes números.»
Lo cierto es que el mundo actual, donde la tecnología campea por sus anchas, no es el 1962.
En 1962 comenzaba apenas la industria satelital. Esa que ahora está tan desarrollada que permite un monitoreo constante y en tiempo real de cualquier cosa que implique movimiento militar. En 1962 un barco ruso podía navegar hacia el Mar Caribe y aparentemente nadie saberlo hasta que se acercaba a la zona.
Eso sí. Lo que ha sucedido ahora es prueba más que evidente que, como bien afirma Holmes en su artículo «lo que han hecho los estrategas rusos ahora, sin dudas, es (re)tomar nota del valor estratégico de Cuba.»
Y lo afirma:
«Cuba sería más valiosa para Moscú por hacer daño a los gastos de los Estados Unidos hoy».
Tal vez entonces, la estrategia de EE.UU. como propusieron dos autores en Foreign Policy es ¿convertirse en amigo de Cuba?
Los movimientos geopolíticos son interesantes. No lo olvida Holmes en su artículo. No lo olviden Uds.
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