Un operativo policial en Jagüey Grande, Matanzas, terminó con la detención de Daniel González Aguilar por tenencia ilegal de armas de fuego.
Según reportó la página Con Todos La Victoria, durante el registro de su vivienda fueron ocupados no uno, sino siete revólveres de fabricación artesanal —sin numeración de serie— de calibres .22 y .32, además de 39 proyectiles, nueve casquillos vacíos y una bayoneta de fusil. El propio González alegó que todo lo hallado lo había encontrado en la zona de La Salina, en plena Ciénaga de Zapata, entre la maleza, argumento que por supuesto no convenció a las autoridades.
El caso encendió comentarios de incredulidad entre usuarios en redes sociales. “Seguro iba a jugar a las pistolas el niño”, ironizó una internauta, mientras otro apuntaba a la contradicción de que, si efectivamente se trataba de un hallazgo, no hubiera entregado las armas a la policía de inmediato. En cualquier escenario, el ocultamiento de este arsenal en su vivienda lo coloca de frente al código penal cubano, que sanciona la simple posesión de armas no registradas.
El hallazgo de Jagüey Grande no es un hecho aislado. En los últimos meses, Matanzas ha sido escenario repetido de reportes similares.
En junio de este año, las autoridades informaron de otro arresto con municiones y armas ilegales; a inicios de 2025, un caso similar involucró la ocupación de un arma fabricada artesanalmente. Todo ello ocurre en un contexto donde la violencia y los delitos vinculados a armas se hacen más frecuentes, pese al discurso oficial de que la criminalidad está bajo control.
El caso más notorio ocurrido en la provincia fue el de un ciudadano identificado como Dioscórides Rosales Cabrera, residente en el municipio de Cárdenas, Matanzas, quien fue sorprendido en marzo de este año por las autoridades, mientras conducía su vehículo con una escopeta no registrada en su lista de pertenencias legales, que no era de su propiedad. Según indicó en su momento Con Todos la Victoria, el legítimo propietario del arma también fue detenido, lo que evidencia una red de negligencias y falta de control en la tenencia de armas.
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La situación preocupa porque rompe con la narrativa histórica de Cuba como “país libre de armas de fuego”. Un informe del Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana contabilizó 35 incidentes con armas de fuego en el primer semestre de 2025, en medio de un crecimiento general delictivo del 378% respecto a dos años atrás. Matanzas se encuentra entre los territorios con mayor incidencia de robos y asaltos, lo que refuerza la idea de que la proliferación de armas clandestinas es ya un problema serio.
La coartada del “me las encontré” puede sonar pintoresca, pero los antecedentes del año y la magnitud de lo ocupado —siete revólveres, decenas de balas y hasta una bayoneta— apuntan a que el caso se usará como ejemplo judicial en la provincia, en medio de la creciente alarma social.
