Durante más de tres décadas este hombre insistió e insistió en la Lotería con una posible combinación ganadora.
Dicen que el que persevera triunfo y Kevin Connor es la viva estampa de ello: del hombre perseverante y del hombre triunfador, pues luego de 30 años, su persevarancia ha sido premiada en la lotería.
Después de jugar los mismos números en la lotería Megabucks durante 30 años, Connor finalmente se llevó el premio mayor de 2.64 millones de dólares, un hecho que ha capturado la atención de su comunidad y de aficionados a la lotería en todo el país.
La combinación ganadora de Connor tenía un significado personal profundo. Durante todos estos años, ha jugado una secuencia de números que incluye el antiguo número de teléfono fijo de su esposa, un símbolo de los primeros días de su relación, y el número favorito de ella. Esta elección, que para muchos podría parecer solo una cuestión de azar, para Connor ha sido una forma de mantener viva una conexión emocional a lo largo del tiempo.
Y así le sonrió la suerte con los números: 5, 6, 8, 9, 24 y 32.
El boleto ganador fue adquirido por Connor el pasado miércoles después de una partida de golf en el Hillcrest Country Club en Pleasant Street. Sin saber lo que le esperaba, Connor se enteró de que había ganado el premio mayor mientras estaba de vacaciones con su familia en Maine.
«Me desperté el domingo por la mañana, tomé mi teléfono, fui directo a la aplicación y luego corrí hacia mi Jeep para asegurarme de que tenía los números correctos», relató Connor a la Comisión de Lotería del Estado de Massachusetts.
El club de golf donde compró el boleto también se benefició de la buena fortuna de Connor, recibiendo un bono de 26,400 dólares por vender el boleto ganador.
Con su nueva fortuna, Connor tiene planes sencillos pero significativos. Además de asegurar la educación universitaria de sus hijos, uno de los primeros artículos en su lista de compras será un par de calcetines nuevos, según comentó con humor a la comisión de lotería.
El caso de Kevin Connor es un recordatorio de que la perseverancia, combinada con un poco de suerte, puede eventualmente dar sus frutos, incluso después de 30 años.
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