Ha estallado una nueva tormenta digital. Esta vez, el epicentro lleva dos nombres conocidos: Isis Sierra, la hermana de Chocolate MC, y la siempre explosiva cantante La Diosa, quien una vez más demostró que si algo tiene, es carácter.
Todo comenzó con una lluvia de comentarios venenosos dirigidos a Isis, quien -pese a su visible embarazo- ha sido acusada de “continuar su vida con normalidad” por no salir públicamente a respaldar a su hermano, arrestado el pasado 28 de abril en Miami y envuelto en un torbellino legal nada envidiable.
Pero nadie contaba con que La Diosa, famosa por no guardarse ni los suspiros, apareciera como un huracán justiciero en los comentarios de un video donde se veía a Isis, tranquila, sonriente y, según algunos, “demasiado despreocupada”. Ahí, la intérprete no se aguantó más y lanzó su sentencia como una espada flamígera:
“Dejen a esa mujer tranquila de una vez. Ella tiene que seguir, tiene hijos que mantener. ¡Mala maña de la gente, Dios!”, escribió con ese tono entre indignada y maternal que la caracteriza.
Y es que, según quienes la conocen bien, La Diosa no tolera las injusticias. Mucho menos si vienen dirigidas a una mujer embarazada, que además está intentando sacar adelante a su familia en medio del huracán mediático que ha desatado su hermano.
En un directo desde Instagram, Isis se quitó la máscara de la discreción y respondió sin rodeos. “He recibido comentarios y hasta me han escrito al privado, diciendo que a mí no me importa mi hermano, porque la gente no tiene paz ni piedad”, lamentó en primer lugar.
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Mostrando ese aplomo que sorprende en medio del caos, aclaró que sí está en contacto con Chocolate MC. “Estoy al tanto de todo. He hablado con él hoy todo el día”, afirmó, sin titubear. “Mis redes sociales son para ganar dinero, los dólares hacen falta”, soltó sin miedo, dejando claro que las críticas no pagan la renta. Y cerró con un mensaje que sonó como cachetada con guante de seda: “Dejen el chisme y enfóquense en su vida”.
Mientras tanto, Chocolate MC -quien se había burlado descaradamente de la orden de arresto emitida en su contra- enfrenta cargos que van desde robo hasta amenazas escritas de asesinato. La lista, larga como novela de misterio, incluye también posesión de crack y daños a la propiedad. Un escándalo con mayúsculas, digno de reality show, que ha puesto a temblar hasta a sus fans más fieles.
Pero lo que pocos ven es el tsunami emocional que esto puede generar en su familia, especialmente en Isis, quien, con un bebé en camino, ha tenido que lidiar con insultos, señalamientos y una presión social que no da tregua.
La Diosa, que conoce de batallas propias, parece haber visto en Isis a una mujer intentando sobrevivir mientras el mundo le exige explicaciones. Por eso, su defensa no fue solo un comentario: fue un acto de sororidad que muchos aplaudieron sin pensarlo dos veces.
