Maritza, la cubana que protagonizó un emotivo —y accidentado— reencuentro con su mejor amiga Lourdes tras 40 años sin verse, rompió el silencio. En un nuevo video publicado desde Estados Unidos, aclaró que se encuentra bien tras el fuerte golpe en la cabeza que sufrió al caer al suelo durante el efusivo abrazo que le dio su amiga, y aprovechó para enviar un mensaje directo a quienes han viralizado su historia sin tener en cuenta lo esencial.
“Yo no quería hacerme famosa, lo único que quería era ayudar a mi amiga (Lourdes)”, dijo Maritza, visiblemente conmovida pero con energía. Explicó que, aunque el video original fue eliminado de su perfil por el robot de TikTok, se ha difundido ampliamente por múltiples plataformas que lo han monetizado, incluso convirtiéndolo en memes.
A pesar de eso, ella no guarda rencor alguno. “No me molesta que lo hayan hecho viral. Lo único que me importa es conseguir un ventilador para mi amiga”, afirmó.
La intención de Maritza es clara: quiere comprarle a Lourdes – a quien ella cariñosamente llama Lourdita – un ventilador solar, que funcione incluso durante los apagones. “Así Lourdes puede dormir con fresquito por las noches y yo también duermo tranquila sabiendo que mi amiga no está sudando en la oscuridad”, declaró con sencillez. El pedido parece menor, pero para quienes conocen las condiciones de vida en Cuba, resulta una necesidad urgente.
“Lourdes y yo nos criamos juntas, nuestras madres eran amigas. Yo la quiero como a una hermana”, contó Maritza, apelando a ese vínculo de infancia que ni el tiempo ni la distancia pudieron romper. En los comentarios, muchos usuarios aplauden su gesto y empatía.
“Amigas como usted ya no quedan”, escribió una internauta. Otros, sin embargo, cuestionan por qué no ha comprado ya el ventilador. Maritza respondió indirectamente: “Nadie sabe lo que uno ha pasado ni a cuántos ayuda desde acá”.
En medio de risas, golpes y nostalgia – sí porque algunos hasta aseguran que esta preocupación le ha surgido tras golpearse la cabeza – Maritza ha recordado a todos que el amor entre amigas puede sobrevivir 40 años y, aun con chichones, ser más fuerte que cualquier algoritmo.
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