El próximo 18 de octubre, Cuba será evaluada por el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) en Ginebra. Activistas independientes consideran esta evaluación una oportunidad para exponer la realidad de las mujeres en la Isla y desmentir la narrativa oficial sobre la violencia de género y los derechos de las mujeres.
Yanelis Núñez Leyva, del Observatorio de Género de la revista feminista Alas Tensas, destaca que, aunque el gobierno presenta una visión positiva de su gestión, los observatorios independientes han documentado más de 200 casos de violencia de género desde 2019, evidenciando las deficiencias de las instituciones cubanas en la protección de las mujeres. Según Núñez, estos organismos no solo carecen de capacitación adecuada, sino que también fallan en dar seguimiento a las denuncias, como ocurrió en el caso de la adolescente Leydi Bacallao, asesinada en una estación policial de Camalote.
A pesar de las promesas de la participación de la sociedad civil en la construcción de políticas públicas, activistas como Núñez consideran estas afirmaciones como parte de la «propaganda del régimen». Cuando se solicitó una ley integral contra la violencia de género en 2019 y 2023, el gobierno decidió no incluirla en su agenda legislativa.
Por otro lado, la activista Sara Cuba, de la Alianza Cubana por la Inclusión (ACI), explica que el informe de su organización se centra en documentar la violencia política que sufren las mujeres activistas, quienes enfrentan acoso, amenazas y exclusión. Estos actos, denuncia, son ignorados en el discurso oficial, perpetuando así la impunidad.
Laritza Diversent, directora de Cubalex, subraya que el gobierno cubano se presenta como progresista en temas de igualdad de género, pero la realidad en la Isla es diferente. Aunque el Estado ha implementado algunos cambios en el Código de las Familias, persisten prácticas represivas como el uso de multas y advertencias para hostigar a las activistas.
La evaluación ante el CEDAW, señala Diario de Cuba, brinda un espacio para que las activistas expongan la situación real de las mujeres en Cuba y presionen al régimen para tomar medidas concretas contra la violencia de género y la represión política, a pesar de los obstáculos que enfrentan de las organizaciones controladas por el gobierno.
Además ocurre en un contexto convulso, con al menos dos menores de edad asesinadas a manos de un feminicida en los último dos meses.
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