Cuando muchos analistas coinciden en que Roberto Morales Ojeda podía ser el seleccionado por la cúpula gubernamental para ocupar el puesto que Díaz Canel debe dejar en 2028, el nombre del sobrino-nieto de Raúl y Fidel Castro, Óscar Pérez-Oliva Fraga, se ha sumado a las papeletas y no son pocos los que apuntan a que podría ser el próximo gobernante de la isla para perpetuar además el apellido Castro en el poder.
Durante este año Fraga ha sido reconocido en las altas esferas por un ascenso meteórica hacia los primeros puestos del régimen cubano. Primero fue designado Ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera 2025 y luego fue promovido a Viceprimer ministro de la República. Todo eso en menos de dos años lo que hace pensar que lo están preparando para roles mayores teniendo en cuenta el respaldo familiar que tiene detrás, lo que se traduce en una total confianza política tan necesaria para el Partido Comunista que no se recupera aún de la crisis dejada por la condena a cadena perputa por corrupción a Alejandro Gil por espionaje entre otros cargos en un juicio secreto ante los ojos del pueblo. A ello se unen las extrañas renuncias de Homero Acosta Álvarez, Ulises Guilarte de Nacimiento, y Rubén Remigio Ferro.
Fraga es hijo de Mirsa Fraga Castro y nieto de Ángela Castro, hermana de Raúl y de Fidel. Se graduó de ingeniería electrónica y según la enciclopedia oficialista Ecured ha sido director de empresa y director de Evaluación de Negocios en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, entre otras funciones.
Díaz-Canel deberá entregar el poder en 2028 de acuerdo a la constitución cubana, un momento que se avizora clave para la política cubana. El analista y especialista en relaciones internacionales Roberto M. Yepe señaló que Ojeda podía ser su sucesor porque «de entrada, el hecho de ser miembro del Buró Político del PCC pudiera ser un elemento determinante», dijo el analista. Pero quizá las cosas puedan cambiar en tan solo dos años.
