El perfil “nioreportandouncrimen” encendió nuevas alarmas desde Trinidad, Sancti Spíritus. En una publicación reciente, su administrador refiere que, además de un cuerpo hallado “cerca de la finca María Dolores”, cazadores de venado habrían encontrado también recientemente un esqueleto en la zona de Mayaguara, el que encontraron gracias a un perro.
La misma fuente que le ofreció esta información al «comunicador del crimen cubano», menciona al menos dos personas desaparecidas en el municipio —entre ellas un joven con problemas de salud mental extraviado desde hace un año— y promete ampliar datos en las próximas horas mientras solicita ayuda vecinal para perfilar identidades, ubicaciones exactas y actuaciones forenses.
La denuncia no ha sido confirmada oficialmente al momento de escribir esta nota, pero no es la única dentro de todas las denuncias dejadas por Niover en su cuenta de Instagram en menos de 24 horas. El mismo comunicador divulgó también un relato que habría ocurrido “hace unos tres años” que sigue levantando preguntas en Mayabeque.
Según el testimonio anónimo difundido por el perfil, una persona identificada como Elvis Piedrahita fue condenado a dos años de prisión por un robo de latas de leche condensada en el Surgidero de Batabanó tras la declaración de un agente que lo implicó injustamente durante el juicio efectuado. Cumplida la sanción, Piedrahita habría acudido a la casa de ese policía y lo apuñaló mortalmente.
Detenido y trasladado a la sede provincial del DTI en San José de las Lajas, apareció muerto dos días después. Las autoridades hablaron de suicidio por ahorcamiento; la familia, según la denuncia, observó moretones y “sin señales de ahorcamiento”, por lo que presume homicidio en custodia. El post agrega que un compañero del agente habría aludido a una “venganza”. Tampoco en este caso hay parte oficial accesible; el llamado es a quienes puedan aportar fechas, números de expediente o documentos.
Llama la atención que este patrón (el del «suicidio») se repitió casi exactamente con los mismos matices este año, pero en la provincia de Matanzas con el caso de Félix Lázaro Reinoso. Detenido en junio mientras investigadores buscaban a los responsables del asesinato del taxista Geosvany Fidel Rivalta, cuyo cuerpo apareció en la zona de Jovellanos/Jagüey Grande. Señalado por la ocupación de piezas del vehículo robado, Félix Lázaro apareció muerto pocos días después tras haber estado en custodia previa dentro del DTI. La versión oficial habló de fuga y suicidio, pero la familia cuestionó el parte y denunció moretones y signos no compatibles con la explicación policial. La versión oficial sostiene que se escapó y se suicidó lanzándose al mar.
Esta alerta – la del asesinato hace tres años de un oficial de las fuerzas del orden en la isla – llega en un contexto marcado por el asesinato la pasada semana del capitán de la PNR Leonel Mesa Rodríguez, jefe de sector en Caibarién, Villa Clara, cuyo cadáver fue hallado con seis heridas de arma blanca y un disparo en la cabeza.
El MININT confirmó el crimen y, a las pocas horas, la captura del sospechoso. En paralelo, múltiples testimonios en redes describen a Mesa como un “abusador”, en contraste con la narrativa oficial que lo presentó como “fiel defensor del orden”. El contraste entre el homenaje estatal y las acusaciones vecinales ha reavivado el debate sobre el uso excesivo de poder y la selectividad en la respuesta penal.
La muerte de Mesa Rodríguez trajo a colación en las redes sociales, el saldo de funcionarios de la PNR o el MININT muertos en 2025.
Circula en redes un conteo no oficial que habla de “al menos siete” casos. Tras revisar fuentes abiertas, pudimos confirmar de manera fehaciente el asesinato de Mesa Rodríguez en Caibarién (septiembre) y reportes previos del presunto asesinato de un policía en Palma Soriano en julio; no encontramos, en cambio, un registro consolidado y verificable que sustente con precisión la cifra de siete a escala nacional. Es probable que se cuenten casos de custodios asesinados, que sí han sido varios este año, pero tampoco el dato verifica el número exacto del que se habla (7)
En todos los casos, la demanda es la misma: partes policiales y forenses transparentes, acceso a expedientes y protocolos claros para la búsqueda de desaparecidos. Sin respuesta institucional, la conversación pública seguirá dependiendo de fragmentos, rumores y posts que no sustituyen nunca a la verdad judicial, pero que en muy buena medida contribuyen a saber lo que está sucediendo en un país donde todos los medios de difusión pública están en manos del estado.
