Maite Rodríguez Agramonte intenta, desde hace casi dos años, recomponer el rastro de su hija en una ciudad que solo conoce por fotos y direcciones sueltas: Las Vegas. Su hija, la cubana Yenia Pérez Rodríguez, está desaparecida y la madre ha recurrido a todo lo que tiene a mano para encontrarla: conocidos, redes sociales, instituciones internacionales y la solidaridad de otros cubanos en Estados Unidos.
La detención del exfuncionario en julio pasado, y su posterior desaparición del sistema de ICE mientras otros cubanos permanecen meses o años bajo custodia, incluso con condiciones médicas graves, levantan sospechas sobre un posible trato diferenciado. Hasta que ICE o el Departamento de Seguridad Nacional expliquen si fue liberado, deportado o trasladado, la pregunta seguirá en el aire: ¿qué pasó exactamente con el amigo del Cangrejo al que hoy ya no se puede localizar en los registros públicos de detención?
La operación se enmarca en una devolución total de más de 15 millones en fondos no usados, que también incluyó aportes al Fondo General del condado y a organismos como el Distrito de Navegación Interior de Florida o el Distrito de Manejo del Agua del Sur de Florida. Pero fue el monto destinado a The Children’s Trust el que generó mayor eco porque representa algo más que un número: simboliza el retorno directo de recursos a quienes menos voz tienen en las discusiones presupuestarias, los niños.
Según el reporte policial, la víctima fue sorprendida por dos hombres identificados como Jairo Morales, de 21 años, y su hermano Jacob Morales, de 26. Los agentes de Sweetwater detallan que lo golpearon y le arrancaron las joyas que llevaba encima, valoradas en unos 3 000 dólares, antes de salir corriendo hacia el estacionamiento. Allí los esperaba un BMW X6 blanco modelo 2025, donde estaban los otros dos presuntos cómplices: Cherry Gómez, de 28 años, y Bastián Rojas, de 25.
En ese cruce difícil de humor, poder y convicción, McNearney ofrece un testimonio directo sobre lo que significa estar casada con una figura mediática y, al mismo tiempo, sostener convicciones que pueden costar relaciones. La historia no solo cobija a Kimmel sino al entramado familiar de miles de personas que viven la política al interior de la casa.
Lejos de ser hechos aislados, los robos de relojes de lujo —a menudo con víctimas drogadas o rociadas con gas pimienta— han dejado un rastro de detenciones recientes en el sur de Florida últimamente.
Según el informe policial citado por medios locales como Local 10 News y Law & Crime, la mujer relató que se encontraba en la acera con su hijo cuando Larrea Díaz, que llevaba una mochila, se les acercó y sacó un objeto que describió como “un cuchillo largo de color marrón”. En ese momento, el hombre la amenazó directamente: “¿Dónde está tu esposo? Te voy a cortar el cuello a ti y a tu hijo”, habría dicho en español, de acuerdo con el reporte.
Las muertes, comunicadas entre el 8 y el 11 de noviembre, llegan mientras Hollywood, la música y la economía de los creadores atraviesan un ciclo de revisión sobre cuidados, seguridad y redes de apoyo. En los casos de Kirkland y Duarte, la comunidad se ha movilizado para cubrir gastos y rendir homenajes; en el de Frehley, el dictamen forense zanja especulaciones y subraya la fragilidad de lo cotidiano. La memoria, en los tres frentes, se sostiene en lo que sus obras inspiran: una actuación que abrió cauces para el cine independiente, una guitarra que forjó el molde de un género, y una cámara casera que hizo de la comida un acto de compañía.