La ambigüedad no es inocente. En un contexto donde múltiples operativos en EE.UU. han destapado redes de influencia, infiltración y lavado vinculadas al régimen cubano, el tuit de Rodríguez parece más bien un mensaje de respaldo a agentes o simpatizantes del sistema que han sido sorprendidos in fraganti. Lejos de pedir justicia o transparencia, el canciller opta por el victimismo: convierte en víctimas a quienes, según los reportes disponibles, podrían haber sido instrumentos de un Estado acusado de reprimir, espiar y empobrecer a su propio pueblo.