La decisión proviene de un panel del 11º Circuito de Apelaciones de EE.UU., que revocó un fallo anterior que desestimaba el caso. El tribunal argumentó que, bajo el Título III de la Ley Helms-Burton, no es necesario que el demandante ni el propietario original fueran ciudadanos estadounidenses al momento de la confiscación del bien, según reseña la periodista Kayla Goggin.