Las nuevas medidas de la administración Biden hacia Cuba han provocado una amplia gama de respuestas críticas. Estas no solo proceden del régimen cubano, que las ve como insuficientes, sino también de activistas, analistas y políticos que cuestionan su eficacia y moralidad. El consenso entre los críticos es claro: sin una presión internacional consistente por reformas democráticas y una estrategia que realmente empodere a los cubanos sin fortalecer al régimen, el camino hacia un cambio verdadero en Cuba seguirá siendo esquivo.
Otras naciones latinoamericanas como Bolivia, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Honduras, Guatemala, El Salvador y China han sido igualmente obviados en las invitaciones a la cumbre.