Este acto se suma a los diarios hechos de violencia que sacuden el país en medio de la grave crisis económica y epidemiológica y que apenas son reflejados en la prensa oficial
Maikol “N” y Dairon “N”, según Milenio, son de nacionalidad cubana. Todos los detenidos fueron puestos a disposición de la autoridad judicial, que determinará su situación legal en las próximas horas.
Mientras la seguridad ciudadana se desmorona, los barrios habaneros comienzan a documentar por su cuenta el aumento del delito. La Coronela, Santo Suárez, Santa...
la detención de Suárez Gallardo pone en evidencia cómo los delitos de robo al por menor —en especial en zonas de comercio sensible— son tratados con rigor mayor cuando se superan ciertos umbrales monetarios o se sospecha participación organizada.
Washington pide a sus connacionales mantenerse informados por canales oficiales, revisar sus planes de seguridad personal y evitar conductas que los hagan blanco fácil, como portar efectivo a la vista, caminar con el celular en la mano o transitar de noche por zonas sin alumbrado.
La casa de Mailyn es un pasillo de mensajes, llamadas y portazos al silencio. Ella pide que, si alguien ve el carro rojo o sabe algo de Alexander Aguilera Becerra, avise. Pide, en el fondo, lo mismo que pide todo pariente que no encuentra: acción. Rastros en cámaras, llamadas invertidas, consultas a talleres y parqueos, visitas a hospitales y policlínicos. Y pide, también, lo que solo puede darle la policía: una investigación que empiece ya, que comunique cada paso y que no se oculte tras la palabra “esperar”.
Por ahora, el caso de Delicias (Manacas) permanece en fase de verificación comunitaria: hay un lugar y un relato coincidente en redes, pero faltan datos clave —identidad de la víctima, actuación policial, resultados preliminares de la pesquisa—. La transparencia de las autoridades será decisiva para contener la alarma social y para enviar una señal clara de que los crímenes en zonas rurales no quedarán impunes.
Bajo el nombre Con Todos La Victoria, el perfil publicó cuatro notas separadas en las que atribuye a la Policía la detención de presuntos implicados en hechos ocurridos en Matanzas (ciudad), Cárdenas y Jagüey Grande.
Entre cajas de vitolas apócrifas y estructuras arrancadas de sus bases, queda un mismo retrato: la urgencia por blindar fronteras y resguardar activos, en un país donde la economía informal y la precariedad llevan tiempo marcando la agenda del delito.
No es la primera vez que ocurre algo así en los Cayos: el uso de barcos pesqueros hurtados en Cuba para viajes ilícitos hacia Florida se ha repetido con distintas variantes, y en varios expedientes previos los dueños lograron acreditar la sustracción y obtener la devolución tras semanas o meses de trámites.
El caso se destapó a inicios de octubre del pasado año, cuando la hija de la paciente advirtió que el reloj —un obsequio de su difunto esposo— había desaparecido de las pertenencias entregadas al ser dada de alta.
Aunque los arrestos representan un avance, el LAPD continúa investigando para determinar el alcance real de la operación y si existen más integrantes de la banda en libertad. Mientras tanto, vecinos y propietarios de mansiones en Los Ángeles refuerzan sus sistemas de vigilancia, conscientes de que, en esta ola de robos, la fama de la víctima no es garantía de protección.