En Santa Ifigenia, el escultor sigue firme, esperando la charla de mañana con su ilustre cliente. Total, en una Cuba donde lo absurdo se normaliza, hablar con Fidel todos los días es, como mínimo, coherente con el resto del guion.
La imagen lo dice todo y que haya ocurrido en Pinar... ¡por favor! No es un chiste de pinareños. Un oficial de la PNR sostiene con solemnidad una bolsa plástica con carne cruda, mientras el afectado la recibe con una mezcla de resignación, vergüenza ajena y cara de "esto es lo que hay".